"Libros, frases y demás pasajes"
Les comparto un pasaje de la vida que está viviendo mi hermano menor Camilo de las Palmas.
Si; ahora ya lo saben, mi nombre completo es: “Pelonguini de las Palmas”
Camilo: Como decía Aristóteles: "La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas."
Mark: ¿Por qué no dices algo tuyo?, siempre mencionas lo que lees en los libros, deberías usar tu propio cerebro. Tampoco entiendo muy bien lo que quiere decir esa frase, muy aparte que los libros siempre me aburrieron.
Camilo: Si leyeras más, no tendría necesidad de repartir sentencias, a veces me cuesta mucho saber llegar.
Mark: Te falta vivir, eso es lo que te pasa Milito.
Camilo: Tienes razón en lo que dices, pero muchas veces siento que no necesito vivir mucho, un detalle del vivir afecta siempre todos mis circuitos.
Mark: No entiendo muy bien lo que quieres decir.
Camilo: ¿Sabes qué? Te doy nuevamente la razón con respecto al tema de las sentencias, muchas veces de manera pertinente en una conversación suelto una frase célebre sin mencionar al autor, sentencia que puede ayudar a la persona que lo necesita , pero al final no produce el efecto que debería surgir, y me he dado cuenta que el problema no está en cómo lo diga. En cambio, cuando es de mi propia cosecha, por más sencillo que sea, advierto en el otro, sin intención, que pude trascender. Pareciera que la energía también lo interpretan sin querer.
Mark: A veces te emocionas de cualquier cosa . Me tengo que ir; mira, justo ahí llega marco Aurelio , con él puedes discutir esas cosas para inteligentes. Chau.
Camilo (solo): “Si las personas no tuvieran oídos, sus cerebros se harían más pesados..”
Marco Aurelio: Hola, Camilo , y esa frase que acabo de escuchar, ¿es tuya?
Camilo: Sí, claro.
Marco Aurelio: Mmm, está bien, ah.
Camilo: ¡Ja,ja,ja! No es mía , es de Jardiel.
Marco: ¿En serio? ¡Ja, ja, ja! Que raro que jamás la haya leído, pero si, sentía que tenía el estilo del humorista.
Camilo: ¡Ja, ja, ja! No es de Poncela, sí es mía, ¡Ja,ja,ja!
Marco aurelio: ¡Cómo te encanta joder, ah!.
Camilo: Si, más bien, aprovechando que estás acá, me he quedado pensando como siempre que converso un poco con Mark.
Marco Aurelio: Cuéntame, amigo, yo si prometo escuchar.
Camilo: Nada, solo que el vicio de los libros le están haciendo mal a la vida que llevo.
Marco Aurelio: ¿Qué sucedió esta vez?
Camilo: El problema no es qué sucedió, sino, que siempre sucede. Lo que pasa que de los libros estoy aprendiendo tantas teorías que siempre que estoy en alguna reunión de amigos y familiares la gente habla de sus experiencias y llegan a veces a su propia suposición con emoción, que para mí ya fueron descubiertas muchas veces por libros.
Marco Aurelio: Te entiendo, eso también me sucede a mí, y es muy triste saberlo.
Camilo: Claro, es una tristeza que empieza a embargarme hasta alejarme de todos los que están cerca de mí y termino por quedarme callado.
Marco Aurelio: Todo esto es muy contradictorio comparado con la emoción recibida desde los libros, cuando tendría que ser al revés, por el hecho de tratarlo con humanos.
Camilo: exacto, pero hay algo que me consuela y repara esa tristeza.
Marco aurelio: ¿Cómo así?
Camilo: Es cuando sucede por el camino contrario; si yo descubro una teoría por más sencilla que sea, que mejor si esta es metafísica, cuando estoy en una de esas reuniones , y veo que las personas tienen una aproximación a la que yo alguna vez sustenté en privado , me lleno de una viva emoción que también me deja mudo.
Marco Aurelio: Por su puesto, Camilo, de eso se trata; los libros son buenos para uno, siempre que no admires a alguien, no existe otra manera de poder crear y teorizar nuestras vidas. Mas bien, ¿crees que puedes prestarme el segundo volumen de la ciencia de la lógica de Hegel.?
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